miércoles, 15 de junio de 2011

PERÚ FORO PAULO FREIRE (Declaración de Principios)


Declaración de principios

Declaración de Principios del “Foro-Red Paulo Freire – Perú”

Aprobada en el Acto Fundacional
Lima, 18 de septiembre de 2004
Ciudadanos del Perú y del mundo, comprometidos con los valores universales de justicia, verdad, libertad, belleza, paz, equidad, igualdad,  fraternidad y democracia, nada humano nos es ajeno. Todo lo que es humano nos concierne. Por eso la educación constituye nuestra preocupación y nuestro quehacer para promover el desarrollo pleno de todos los pueblos, de todos y cada uno de los hombres y mujeres que habitamos la tierra.
El “Foro-Red Paulo Freire – Perú” es un nuevo espacio plural de confluencia y participación de personas e instituciones que se han dado por objetivo fundamental la promoción de una educación liberadora inspirada en la obra de Paulo Freire, así como en otros educadores de la envergadura y proyección de José Carlos Mariátegui, Augusto Salazar Bondy, José Encinas, Simón Rodríguez, José Martí, José Vasconcelos, Anísio Texeira, Fernando de Azevedo, José Faustino Sarmiento, Iván Illich.
Promover una educación liberadora, es decir, destinada al desarrollo de toda la persona y de todas las personas, supone generar las condiciones socioeconómicas, culturales y políticas que la hagan posible; por consiguiente, implica transformar las condiciones que lo impiden.
En un mundo cada vez más globalizado, en rápido proceso de cambio y en el que el conocimiento desempeña un papel creciente en la producción y el consumo de bienes y servicios, así como en el reparto de la riqueza socialmente generada y en el acceso y el usufructo del poder a escala local, nacional e internacional, es inaceptable que vastos sectores de la humanidad sean marginados, excluidos o tratados como ciudadanos de segunda clase.
La explotación y la dominación siguen siendo propiedades de las relaciones sociales a nivel nacional e internacional, impidiendo así la plena realización de las aspiraciones y capacidades de hombres y mujeres para vivir una vida digna y feliz. Esta situación constituye una violación, entre otros, del derecho fundamental a la educación reconocido en el Art. 26 de la Declaración de Derechos Humanos, de la que el Estado peruano –como la casi totalidad de los estados del mundo– es signatario.
Asegurar el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida –en sus diferentes niveles y modalidades– es una responsabilidad del Estado, de la que no puede ni debe abdicar como garante de la equidad social. Corresponde a las organizaciones de la sociedad civil movilizarse para que el Estado desempeñe eficazmente su papel y la educación no sea tratada como una mercancía, así como para asumir su propia responsabilidad en esta tarea de todos que es la educación.
No hay ni puede haber democracia sin democratización de la educación. La participación en el acceso, el ejercicio y el usufructo del poder en un Estado de derecho en el que se respetan y garantizan los derechos inalienables de la persona humana es una condición necesaria para que reine la paz como fruto de la justicia social en la vida en sociedad. La participación ciudadana organizada, informada y lúcida para comprender y afrontar los problemas cada vez más apremiantes y complejos de nuestra sociedad, tanto a nivel nacional como internacional, exige como condición indispensable el acceso y el usufructo de una educación de calidad para todos a lo largo de toda la vida.
La globalización de la economía, la política y la cultura en condiciones asimétricas de poder plantea desafíos abrumadores a quienes fomentamos y defendemos la diversidad cultural en un mundo en el que las grandes corporaciones transnacionales y sus agentes buscan la hegemonía cultural gracias a su enorme poder económico, financiero y político. De ahí el reto que plantea la definición y ejecución de políticas que garanticen el pleno desarrollo de las potencialidades creativas de las diversas culturas que constituyen el patrimonio del Perú –a nivel nacional– y de la humanidad –a escala mundial–.
En un contexto histórico como el actual, preñado de injusticia, violencia, pobreza, miseria e incertidumbre, la esperanza en un mundo más humano, justo, bello, libre, pacífico y fraterno sólo puede tener asidero firme en la acción conjunta, decidida y lúcida de quienes comparten este sueño, esta utopía posible y necesaria.
Por eso el “Foro-Red Paulo Freire – Perú” no es una organización o movimiento que se sobreponga o entre en competencia con otras organizaciones o movimientos existentes o que se puedan crear. Tampoco es una simple lista de adherentes.
El “Foro-Red Paulo Freire – Perú” responde a la necesidad de compartir conocimientos, experiencias, recursos, etc. para potenciar, consolidar y ampliar la eficiencia y la eficacia de la propia acción, al mismo tiempo que se propulsa, fortalece y proyecta a nivel nacional e internacional la acción de los actores sociales que comparten valores y fines esenciales y buscan hacer del sueño o utopía posible una realidad, prefigurándola en su propio pensamiento y praxis institucional cotidiana, así como en la acción mancomunada.
El viento sólo sopla a favor de quien sabe a dónde quiere ir. Por consiguiente, el problema central consiste en ir definiendo el proyecto de sociedad que deseamos construir y, al mismo tiempo, ir delineando y ensayando la educación que corresponda e impulse la concreción de ese proyecto. En este sentido, el problema de la educación es un problema político, y no sólo científico y técnico.
Un proyecto común supone diálogo y opciones compartidas, consensos mínimos que hagan viable la vida en común. Y esta opción puede y debe fundarse racionalmente, es decir, mediante la utilización y el desarrollo del conocimiento científico y técnico más avanzados para que la educación cumpla cabalmente con sus fines.
En palabras de Paulo Freire:
“La cuestión del sueño posible tiene que ver precisamente con la educación liberadora, no con la educación domesticadora. La cuestión de los sueños posibles, repito, tiene que ver con la educación liberadora en cuanto práctica utópica. Pero no utópica en el sentido de algo irrealizable; no utópica en el sentido de quien habla sobre algo imposible, sobre sueños imposibles. Utópica en el sentido de que es una práctica que vive la unidad dialéctica, dinámica, entre la denuncia y el anuncio, entre la denuncia de una sociedad injusta y explotadora y el anuncio del sueño posible de una sociedad que por lo menos sea menos explotadora, desde el punto de vista de las grandes masas populares que constituyen las clases sociales dominadas”. [Freire, Paulo, “Educação: o sonho possível”, p. 100, en Brandão, Carlos R., et al., O Educador: vida e morte. Escritos sobre uma espécie em perigo, Rio de Janeiro, Edições Graal, 1982.
Ciudadanos del Perú y del mundo, afirmamos y reivindicamos nuestro derecho inalienable a soñar en un Perú y un mundo “sin miedo de ser feliz”. [Expresión utilizada por Paulo Freire en una carta inédita dirigida a Luiz Inácio Lula da Silva el 21 de diciembre de 1989, pero que sólo le fue transmitida el 27 de septiembre de 2002 por su esposa Nita Freire] Queremos decirles en alta voz a quienes quisieron o quieran matar nuestro sueño, que tenemos la osadía, el coraje y el amor suficientes para luchar denodadamente con ternura a fin de que la convivencia humana impere gracias a la contribución de una educación liberadora que nos alienta a tener la valentía de crear un mundo fraternal.

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