jueves, 22 de septiembre de 2011

ARTE Y PAZ, EL TEATRO DEL OPRIMIDO

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ARTE Y PAZ. El TEATRO DEL OPRIMIDO.

Martha Llanos
Por Martha Llanos Zuloaga, PhD*
“El Ser se vuelve humano cuando descubre el teatro".
“Todo ser Humano es Teatro!  A.Boal

El Arte es una fuente de transformación personal y social. Resulta contradictorio pensar que en el siglo actual para preservar la paz se utilicen armas, bombas y fuerza de poder bélico para fortalecer la Paz. Es por ello que rescatamos el valor de las Artes y especialmente el Teatro como una herramienta universal para el diálogo y la transformación social. Esta alternativa es humana, profunda, de largo alcance, de mínimos costos y de un poder enorme.

Es a  través del arte que tenemos la representación simbólica de los rasgos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a una sociedad o  a un grupo social, su modo de vida, su sistema de valores, sus tradiciones y creencias. El arte, como un lenguaje que permite la dinámica  de los sentidos, transmite significados que tienen un valor más allá del uso de la palabra o de los lenguajes de discurso, la fuerza de la danza, la fuerza de la música y el teatro como lenguajes más unificadores que la palabra.

Es el arte el que hace  posible re humanizar a las personas, sensibilizarlas y provee las herramientas de expresión y de comunicación.  Es así que la renovación, innovación e imaginación junto con un desarrollo crítico permite enfocar el arte como una herramienta social y política.

Hemos aprendido con Paulo Freire a rechazar la segregación cultural en la educación. Las décadas de lucha para salvar a los oprimidos de la ignorancia sobre ellos mismos nos enseñaron que una educación libertaria tendrá éxito sólo cuando los participantes en el proceso educativo sean capaces de identificar su ego cultural y se enorgullezcan de él. La función del arte en la formación de la imagen de la identidad le otorga un papel especial.

Como indicara Dan Barón Presidente de la Asociación Mundial de Arte  “el arte es mucho más que visualizar el pasado, el presente y el futuro, el arte tiene esa capacidad de crear intimidad y empatía y con esto es posible entender al otro, es posible arriesgar y crear lo nuevo”.

Según Willy Pinto Director del Teatro Maguey indica “…aprender, es una forma de recordar, y recordar como plantea Eduardo Galeano, viene de  re – cordis, volver a pasar por el corazón: Entonces, en un mundo cada vez más escindido y fragmentario, aprender y enseñar, debería ser en primer lugar reintegrar la conexión entre el cuerpo, la cabeza y el corazón. Un proceso compartido de creación e intercambio, una experiencia liberadora que permita  a las personas involucradas  recuperar y construir su condición de individuos, y de llegar a la construcción colectiva.”

Es así que bajo esta perspectiva en esta ocasión quisiera hacer un tributo a la memoria de Augusto Boal, fallecido en Mayo del año pasado y creador del Teatro del oprimido, Boal a lo largo de 4 décadas dedicados al teatro nos dice: Cada ser humano es capaz de actuar: para sobrevivir, necesariamente tenemos que producir acciones y observar esas acciones y sus efectos sobre el mundo exterior. Ser Humano significa ser Teatro: la coexistencia del actor y el espectador en el mismo individuo.

El Teatro del Oprimido ofrece a cada uno el método estético para analizar su pasado, en el contexto de su presente, y para poder inventar su futuro, sin esperar por él. El Teatro del Oprimido ayuda a los seres humanos a recuperar un lenguaje que ya poseen - aprendemos como vivir en la sociedad jugando al teatro. Aprendemos como sentir, sintiendo; como pensar, pensando; como actuar, actuando.
 
La premisa básica del Teatro del Oprimido es que todas las relaciones humanas debiesen ser de un tipo dialógico: entre hombres y mujeres, entre razas, familias, grupos y naciones, el diálogo debiese siempre prevalecer. En realidad, todos los diálogos tienen la tendencia de transformarse en monólogos, los cuales crean la relación opresores-oprimidos. Reconociendo esta realidad, el principio fundamental del Teatro del Oprimido es el de ayudar a restaurar el diálogo entre los seres humanos. El Teatro del Oprimido es un ensayo para la realidad.

Paulo Freire decía “… Sueño con una sociedad reinventándose de abajo hacia arriba, donde todos tengan derecho a opinar y no apenas el deber de escuchar. Este es un sueño históricamente viable, pero demanda que la gente anteayer hubiese descruzado sus brazos para reinventar esa sociedad”.

Según Boal, en el Teatro del oprimido se vive un proceso de pensar y construir juntos en una forma dinámica, que a diferencia de otras experiencias teatrales fomenta y fortalece la creatividad del “espectador” para convertirlo en un “espect-actor”, encontrándose la propia sorpresa del descubrimiento y las propuestas que genera el público. El espect-actor permite ahondar en el material rico de diversos contextos, idiosincrasia histórica, cultural y social. Los espectadores intervienen en un contexto para cambiar el rol del protagonista. Al entrar en el escenario cuestionan con su actuar una realidad representada y proponen a partir de su interpretación alternativas diferentes en el actuar. Hacen ejercicios de cambio de realidades sociales a través de sus intervenciones en la escena teatral. Se trata de transformar al pueblo, "espectador", ser pasivo en el fenómeno teatral, en sujeto, en actor, en transformador de la acción dramática.

En este tipo de experiencias se representa el mundo para que sea transformado, y el teatro brinda esa posibilidad, como un espejo que muestra virtudes y defectos, y en el que se puede ahondar. A este tipo de teatro lo llamo Boal “Foro” porque brinda la posibilidad de usar el debate dentro de la obra. El teatro-foro es la forma más difundida del teatro del oprimido y  nace en el Perú en los inicios del año 70 cuando Paulo Freire y Augusto Boal estuvieron en Perú apoyando la campaña de Alfabetización durante la Reforma Educativa del Perú.

Las enseñanzas de Boal causaron mucha controversia, y él fue marcado un activista cultural – que la década de los 60 los golpes militares brasileños vieron como una amenaza. En 1971, a poco de que su primer libro del Teatro del Oprimido fue publicado, Boal fue arrestado, atormentado, y  exiliado. 
De sus recuerdos de la época de creación del Teatro del Oprimido en Brazil  Augusto Boal indica   “…me acuerdo que en el escenario  salíamos a actuar con pánico, no sabíamos quien estaba del otro lado. En medio de ese clima, la única posibilidad era crear alguna alternativa. Pero ¿qué queríamos salvar? ¿A la gente? ¿Al teatro? Lo que queríamos, en principio, era llegar a la gente través del teatro.”

Ilse Schimpf-Herken del Instituto Paulo Freire de Berlin, Alemania nos reitera que el Teatro Foro ofrece la posibilidad de elaborar temas de realidades difíciles, reproducirlas en el escenario, cambiar las relaciones de poder y los conflictos a partir del cambio de roles de los espect-actors.  Permite que las personas articulen problemas sociales (violación de los derechos humanos, violencia intrafamiliar marginación y cualquier tema pertinente de la vida real en roles específicos).  A través de la intervención de un "espect-actor" en el teatro-foro se produce una interpretación diferente, se cambian las constelaciones de poder.

El mensaje del día del teatro en 2009 estuvo a cargo de Augusto Boal quien al poco tiempo falleciera fue su último mensaje y entre sus aportes nos expresa la ética del teatro cuando refiere:”…Veinte años atrás, yo dirigí Fedra de Racine, en Río de Janeiro. El escenario era pobre: en el suelo, pieles de vaca, alrededor, bambúes. Antes de comenzar el espectáculo, les decía a mis actores: Ahora acaba la ficción que hacemos en el día a día. Cuando crucemos esos bambúes, allá en el escenario, ninguno de vosotros tiene el derecho de mentir. El Teatro es la Verdad Escondida.”

En el año 2011 el mensaje por el día del Teatro correspondió a Jessica Kaahwa de Nigeria, dedicada a la  investigación y el diseño de la metodología de comunicación participativa para el desarrollo. En la actualidad es profesora de Teatro y Literatura en la Universidad de Makerere, en Uganda.

La Dra. Kaawha indica que “…Anticipando un futuro pacífico, debemos comenzar por usar medios pacíficos que busquen entender, respetar y reconocer las contribuciones de cada ser humano en el proceso de conducir a la paz. El teatro es ese lenguaje universal por el que podemos enviar mensajes de paz y reconciliación. Involucrando activamente a los participantes, el teatro puede hacer que muchas almas deconstruyan preconceptos y, de esta manera, da al individuo la oportunidad de renacer para hacer elecciones basadas en conocimientos y realidades redescubiertas. Para que el teatro prospere entre otras formas del arte, debemos dar un enérgico paso adelante para incorporarlo a la vida cotidiana, tratando temas apremiantes de conflicto y paz.

Buscando la transformación social y la reforma de comunidades, el teatro ya existe en áreas devastadas por la guerra y entre pueblos que sufren pobreza o enfermedad crónica. Hay un número creciente de historias de éxito donde el teatro ha logrado movilizar audiencias para construir conciencia y ayudar a víctimas de traumas de post-guerra. Es entonces una farsa mantenerse en silencio en tiempos como los nuestros, conociendo el poder del teatro, y dejar que portadores de armas y disparadores de bombas sean los guardianes de la paz de nuestro mundo. ¿Cómo pueden herramientas de alienación ser también instrumentos de paz y reconciliación?

EL CASO DEL PERU

El Teatro en el Perú merece un especial reconocimiento hay múltiples grupos de reconocida trayectoria nacional y mundial, Yuyachkani, Cuatro Tablas, Estirpe, Arena y Esteras, Vichama y muchos más. El arte del Teatro tiene un especial momento de grandes fuerzas en la década de los 70 en el Perú y recientemente he participado en un extraordinario primer Laboratorio abierto. Encuentro Pedagógico organizado por Yuyachkani, reconocido grupo de teatro que en nuestro medio lleva 40 años de vida. Participar en este laboratorio nos ha enriquecido y motivado un mayor aprecio para el arte del teatro, para la compresión de la dinámica del proceso de creación teatral, para el descubrimiento de las posibilidades de intervención en la historia, de condicionar reflexiones sobre el tema de identidad, de valoración de nuestras raíces, de vernos como nos impacta la vida y la muerte, como entendemos los silencios y como se encuentran los actores y actrices en un permanente proceso de enseñanza-aprendizaje y de acción-reflexión-acción personal y colectiva.

Yuyachkani
 
El seguimiento de la ruta creativa de personajes, rituales, fiestas y celebraciones sagradas, acercarnos a un mundo pleno de símbolos y metáforas nos   facilito  compartir y analizar el recorrido en la vida de los personajes, obras, actores, director, contextos sociales, políticos, personales, técnicas, vivencias y experiencias en la creación de las obras que a lo largo de estos años han compartido con audiencias peruanas e internacionales.

Este Laboratorio constituye una expresión más de la responsabilidad social de Yuyachkani, un grupo que cree y practica la creación colectiva, que valora los aportes de todos y cada uno de los participantes y nos lleva como audiencia a enriquecer nuestra reflexión y acción sobre temas de identidad cultural, sobre las perspectivas del teatro, de la danza, la música las artes en general, de las proyecciones en temas de derechos humanos, género, encuentros intergeneracionales y de cuestionamientos esenciales de desarrollo humano y social.

Otro grupo de especial mención en Ayacucho es el grupo Estirpe que es conformado desde 2003 por jóvenes ayacuchanos que vivieron el conflicto cuando eran niños y adolescentes, no fueron directamente víctimas o victimarios. Su objetivo principal ha sido crear y montar obras teatrales que sirvan para la valoración de la cultura andina y la identidad nacional.

En la actualidad hacen teatro de forma profesional y  tienen como referente en su proceso de creación la preocupación por su transformación personal al nivel psicológico. Ellos se acercaron al teatro porque vieron en él "una especie de catarsis”, un espacio para descargar sus frustraciones, traumas y problemas de secuelas del conflicto. A diferencia de Yuyachkani, los miembros de Estirpe crecieron en el contexto de la violencia y buscan en el teatro un efecto curativo para sí mismos.

Otro ejemplo reciente es el de Arenas y Esteras (villa El Salvador) en donde sobrevivientes de bombas nucleares  Hiroshima y Nagasaki compartieron un Encuentro por la Paz Perú. Su programa incluyo, Exposición fotográfica, Festival Artístico Cultural, Presentación de documentales y el testimonio de nueve Hibakushas (sobrevivientes de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki) y de las víctimas de la violencia política en el Perú, Este fue un  "Encuentro por la Paz" Perú- Japón que convoco a muchos pobladores.

Como corolario de este aporte al día mundial del Teatro  reitero el pensamiento de Augusto y Julián Boal:
Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: es aquel que la transforma! Y el  teatro no es sólo un momento de contemplación, también es una práctica social.
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*Directora Relaciones Internacionales. Arte y Educación Popular. Foro Red Paulo Freire-Perú

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